El arquitecto técnico, el medico de cabecera de nuestros edificios

Un edificio de cinco plantas se derrumba en Teruel y obliga a la evacuación de todos sus vecinos.

«Una balconada se desploma en Palma de Mallorca y obliga al desalojo de cinco ocupantes». Estas dos noticias, que se han sucedido en el mes de junio y con una diferencia en el tiempo de uno o dos días, nos han hecho poner el foco -de nuevo- en nuestros edificios y en su estado de conservación.

Con una media de edad de 45 años, podemos afirmar que el parque edificado español está muy envejecido. Esta circunstancia genera problemas relacionados con la ineficiencia energética, el confort, la salud e, incluso, con su conservación.

Construidos en otras épocas (y bajo otra normativa imperante, con otras técnicas y materiales), los edificios pueden presentar ciertas patologías que, en los casos más extremos, pueden derivar en el desalojo y el derrumbe.

¿Cómo podemos evitarlo? La clave es la prevención.

Al igual que los seres vivos (animales y personas) son objeto de revisiones periódicas, nuestros inmuebles también deben someterse a controles a lo largo de toda su vida útil, para poder evaluar su estado y realizar las intervenciones necesarias o establecer predicciones a futuro. Situaciones como las vistas en Palma o Teruel podrían haberse evitado mediante el control y el diagnóstico previo.

¿Y quién debe realizar estos controles? Aunque los propietarios son los responsables del mantenimiento y conservación del edificio, y deben someterlo a la inspección técnica (ITE), subsanando cualquier problema que se pueda detectar, el «médico» debe ser un técnico cualificado para realizar este diagnóstico. Y este es el Arquitecto Técnico. Son los profesionales de la Arquitectura Técnica los especialistas mejor cualificados para evaluar el estado de «salud» del inmueble, estableciendo diferentes escenarios y realizando predicciones a futuro que pueden evitar problemas mayores. Así, al igual que el médico de cabecera es aquel que tiene un contacto más frecuente y cercano con el paciente, analizando su situación y diagnosticando en función de los síntomas, el Arquitecto Técnico es el profesional que mejor puede realizar este chequeo del edificio, adelantándose con su diagnóstico a posibles problemas. Esta labor de control y prevención entronca directamente con uno de los valores más importantes de la profesión, que es su vocación de servicio con la sociedad. Como profesionales de la construcción, los Arquitectos Técnicos adquieren un compromiso con la ciudadanía que va más allá del edificio y que tiene que ver con la seguridad, el bienestar o el respeto ambiental, situando a la persona en el centro de la ecuación.

El Arquitecto Técnico es el médico de cabecera de nuestros edificios y suya es la labor de cuidado y prevención, para garantizar la salud de nuestro parque edificado.

FUENTE: https://cercha.publicaciones-digitales.com/.157/#page=5